sábado, 31 de enero de 2009

Buenas Nuevas

Hola queridos /as discípulos /as. Como bien sabéis la mayoría, el año pasado me presenté al V Certamen de Monólogos del Periódico Aula Magna, haciéndome con el triunfo de mi propia autoestima, es decir, no gané. Pero este año, vuelvo a la carga con el VI Certamen de Monólogos del Periódico Aula Magna. Lo siento, soy testarudo.
Así que para quitar trabajo a mis agotadas neuronas, os pido a vosotros, mis fieles seguidores, que me digáis aquellos temas que os gustaría que introdujera en una entrada o aquellas entradas que más os hayan gustado a lo largo de todo el blog.
Para expresaros podéis hacerlo a través de un comentario (me facilitaría verlo) o enviando un correo a san_paco_evangelista@hotmail.com (el antiguo me he dado cuenta de que no funciona, situaciones azarosas de la informática).

Un saludo.

San Paco. Mi Película

Hola queridos discípulos, como sabréis, tengo otro blog donde, de vez en cuando, me dedico a despotricar de algunas películas. Sin embargo, a lo largo de este tiempo y observando el dudoso estilo de argumentos que prevalecen en las distintas formas audiovisuales que se emiten en nuestras pantallas de televisión y cine, he tomado la decisión de crear mi propia película, en la que me he tomado incluso la molestia, o atrevimiento, de ponerle actores a los personajes. Bueno, en verdad no conozco sus verdaderos nombres, así que los llamaré por algún papel relevante (si tienen) en su vida artística.

En un primer lugar, debo decir que las localizaciones no están restringidas, se rodará todo en un decorado (a lo Hollywood), pero parecerá que los actores han estado en los suburbios de Nueva York, Hong Kong, Colombia, Islandia… lo que denomino coloquialmente como “Un viaje de Willy Fogg con ostias a mansalva”.

Creo que para comenzar mi film es necesario un argumento que enganche a la audiencia y razono que un secuestro de algo queda bien. Pero… ¿Qué secuestramos? ¿Una niña? ¿Un misil? ¿Un niño? ¿Una suegra? ¿Un perro?... yo apostaría por el cánido, si hiciera falta poner dinero, yo pondría para pagar el rescate de los cachorros de Beethoven… al niño del Sexto Sentido que le den. Sin embargo, elegí que secuestraran a una niña; en un principio pensé en que fuera alguna de las gemelas Olsen por aquello de que no hace falta dobles para las escenas de acción (tienes otra). Al final me decliné por la opción que me dirigía a ocupar el papel con la típica niña china de melenita media, con dos coletas y siempre sonriente. Además, en este caso, tampoco tenemos problemas por contratar dobles… si ya lo hacían en Beijing en las Olimpiadas…

Pues en la primera escena tenemos a la familia en cuestión jugando felizmente en el jardín de la casa, la madre, que sería Jodie Foster (El Silencio de los Corderos, Taxi Driver…) y el padre podría ser encarnado por Edward Norton (Hulk 2, El Ilusionista, American History X…). En un descuido, los progenitores se introducen en la casa bajo la excusa de sacar el pastel del horno, sin embargo, se deshacen en arrumacos mientras dejan a la niña jugando con el perro (de grandes proporciones, como no debe faltar en ningún hogar americano). En ese mismo instante aparece una furgoneta negra a toda velocidad, se para justo delante de la niña, se baja un Keanu Reeves (Trilogía Matrix, Noviembre Dulce…), agarra a la miniasiática y la monta en el vehículo, conducido por el gordo de Me Llamo Earl y Robert Downey Jr. (Chaplin, Iron Man…) en el asiento de copiloto metiendo bulla.

Norton y Foster salen al porche abrazados y otorgándose sendos besos, pero la niña no está, el perro ladra en la dirección en la que se marchó la furgoneta, la madre es la primera que se da cuenta de la situación, empieza a mirar en todas direcciones, le pregunta a un vecino que está regando las plantas, que podría ser Jeremy Irons, éste le niega que haya visto nada… y la escena final de esa secuencia sería el matrimonio llorando desconsoladamente mientras esperan la llegada de los policías.

En la siguiente escena, se darían a conocer los propiamente dichos “malos”. John Malcovich (El Mercader de Venecia…) ha sido elegido como jefe de mi banda mala de la muerte. Pues en una nave industrial, entra derrapando el furgón negro, del cual se baja Downey Jr., se baja las gafas de sol, saluda a Malcovich y le dice un comentario ingenioso como “Ya está aquí su pedido” o algo parecido. En estas películas no puede faltar matones por doquier, así que entre los matones del jefe malo tendremos al mítico asiático experto en pegar ostias hasta con la campanilla, que será Jet Li (Danny The Dog, Sin Miedo…); después el típico armario de dos puertas que estrangula a pellizcos, aquí pondríamos a Shaqueal Oneall (pegaba codazos en la NBA); el mítico pelota cobarde que tiene todo jefazo, Johnny Deep (Eduardo Manostijeras, Piratas del Caribe…) haría un gran papel; también nos hace falta el papel del hijo ambicioso del jefe que no desea otra cosa en la vida más que deshacerse de su padre para hacerse con el negocio familiar… aquí tuve un serio problema ya que tuve que seleccionar entre dos actores que serían perfectos para este personaje: Quentin Tarantino (Four Rooms, Pulp Fiction, Abierto hasta el amanecer…) o Nicolas Cage (El Señor de la Guerra, Cara a cara…), sin embargo, dada esta situación de indecisión, di con la solución, el papel sería para los dos, Quentin y Cage serían dos hermanos siameses unidos sin posibilidad médica de separarse (soluciones fáciles marca Paco); y como elemento indispensable, necesitamos la rubia explosiva de mirada felina sin escrúpulos, Uma Thurman (Pulp Fiction, Kill Bill, Batman Forever…) lo haría bien. Pues eso, llevan a la niña a un sótano mugriento vigilado por Keanu Reeves y el gordo de Me Llamo Earl, es decir, diremos que son los pringados de la película.

Pues en el otro bando, es decir, los buenos, partimos de la base de que el padre de la niña trabaja en una fábrica que se dedica al mundo armametístico y Norton es el encargado de supervisar la creación de dichas armas. Bueno, la siguiente escena parte de que la policía acordona la zona y el inspector, que podría ser Lawrence Fishburne (Matrix…), se encuentran interrogando a los progenitores adoptivos de la china. Mientras tanto, la cámara hace un recorrido por todos aquellos miembros del cuerpo que están al cargo del caso. Charlice Theron (Noviembre Dulce, Aeonflux…) está haciendo nosequé pollada con una escobilla por los muebles; Tom Hanks (Forrest Gump, La Milla Verde…) pregunta a los vecinos sobre si han visto algo de lo ocurrido; Orlando Bloom (Troya, El Señor de los Anillos, Piratas del Caribe…), en su primer día de oficio en el cuerpo está sentado en el coche rellenando un formulario mientras que Wesley Snipes (Demolition Man, Blade…) le cuenta el último partido de los Lakers desde el asiento de copiloto. De pronto, se abre la puerta de una cochera, una ranchera roja emerge a toda velocidad, sin posibilidad alguna de que un Orlando Bloom inexperto tenga tiempo de reacción para arrancar en coche patrulla; sin embargo, el policía jubilado Chuck Norris (no necesita presentación) da su paseo matinal mientras charla, sobre la importancia de las últimas investigaciones sobre el genoma humano, con su amigo Robert Redford (chorrocientas películas antiguas), nuestro ranger de Texas se percata de la extrema aceleración de un vehículo, se interpone en el centro de la calzada, el coche se acerca, Chuck da un salto, da una patada giratoria que atraviesa el parabrisas y deja inconsciente al conductor que no es otro que Jeremy Irons, el vecino de la familia Norton. A lo lejos, el bólido de la policía se acerca al accidente, el diálogo entre Snipes y Norris sería algo así:

Norris: ¿Se os ha perdido algo?

Snipes: Gracias Chuck, veo que no has perdido la forma. Sigues igual que siempre.

Norris: No creas, esto de estirar las piernas cada vez cuesta más.

Snipes: Me alegro, pero no debiste abandonar el cuerpo. Aún te quedaban casos que resolver.

Norris: Lo siento, pero ahora los casos los resuelvo a mi manera.

Y acto seguido, Chuck Norris se pone su sombrero de vaquero y empieza a caminar sólo por el desierto de Nevada buscando a aquel que mató y manchó las botas del cowboy de sangre… para asesinarlo.

Sí, lo sé, de la apacible calle residencial de la familia Norton al desierto de Nevada hay un cambio algo apreciable de escenario… sin embargo, dudo que quien vea esta película por el elenco de actores… se de cuenta de estas minucias.

Pues continuando con nuestro dudoso argumento, observamos como una Jodie Foster con los ojos enrojecidos por el llanto aparca su coche delante de la residencia de ancianos donde habita su querido viudo padre Sean Connery (Los Vengadores, La Liga de los Hombres Extraordinarios, La Roca…). La mujer le cuenta todas sus penas a su progenitor y le pide que mueva algunos hilos de los muchos contactos que tenía de su oscuro pasado. Sean se despide de Jodie en el porche de la residencia, se encierra en su habitación, agarra el teléfono y empieza a llamar a amigos de la infancia para montar una reunión de lo que yo llamo “gente fósil guay”.

Un garaje puede servir de escenario, en torno a una mesa aparecen Morgan Freeman (Ahora o nunca, Como Dios…), Anthony Hopkins (El Silencio de los Corderos…), Jack Nickolson (Mejor imposible…), Silvestre Stallone (Demolition Man, Rambo, Rocky…) en una silla de ruedas, Arnold Suarseneguer (Terminator, El Fin de los Días…), Al Pacino (Scarface…), Jackie Chan (Hora Punta…) y Robert De Niro (Taxidriver, Uno de los nuestros…). De Niro se levanta, coge una pistola y la descarga a bocajarro sobre Al Pacino. Lo siento, no se llevan bien y era la única forma de que salieran los dos en mi película.

El diálogo de dicha reunión sería de la siguiente manera:

Connery: (con tono solemne) Buenas noches a todos, siento que tengamos que aplazar nuestra partida de póker, pero han raptado a mi nieta.

Nickolson: ¿la china?

Connery: sí.

Hopkins: suculento…

Freeman: ¿y quién crees que ha sido?

Connery: por la forma de hacerlo… no me cabe la menor duda que es obra de los rusos.

(Aclaración: en cualquier película americana, si no se encuentra un enemigo en concreto, se puede suplir su ausencia con un grupo soviético o con una célula terrorista islamista. De todas formas, Shaqueal Oneal tiene pinta de nacer en el mismo Moscú.)

Suarseneguer: Yo invadir.

Connery: no, tenemos que hacerlo de la forma más discreta posible. No quiero poner en riesgo la vida de mi nieta.

Stallone: no siento las piernas.

Hopkins: ¿puedo comérmelas?

Connery: volvamos al tema; chicos quiero cualquier información sobre esos malditos cabrones.

Bueno, pues se marchan todos a sus respectivas residencias.

La siguiente escena sería en un callejón del Bronx, un grupo de afroamericanos están persiguiendo a Vin Diesel (Triple X, las Crónicas de Riddick…), cuando, en un intento de acabar con la huida, Vin gira una esquina y se encuentra con una calle sin salida. Sus perseguidores le rodean y empieza un forcejeo. Diesel rompe el cuello a uno, le parte la pierna a otro, se ríe un poco en un intento infructuoso de expresividad… pero recibe un disparo en la pierna y cae rendido por el dolor. Los afroamericanos se apartan y aparece una limusina. Se abre la puerta y entra en plano John Travolta (Fiebre del Sábado Noche, Cara a cara…), que le quita a un afroamericano (podría ser 50 Cent) su pistola y apunta a Vin Diesel.

Travolta: tú sabes algo, que yo quiero saber…

Diesel: tú sabes que no te diré nada, ya lo intentaste en su momento

Travolta: podemos llevarnos bien

Diesel: prefiero morir a manos de tus matones que llevarme bien con ratas como tú

Travolta: (sonríe) no estas en condiciones de preferir nada

Diesel: ni tu

Un francotirador dispara y perfora la mano de Travolta, haciendo que salte por los aires el arma. Empiezan a salir policías de los edificios cercanos y rodean a los malos. El francotirador, desde la azotea, se quita un pasamontañas, es Denzel Washington, que informa que el sujeto enemigo ha sido desarmado, dando el visto bueno al despliegue de unidades.

NOTA: Ya sé que lo anteriormente visto ha sido un diálogo demasiado largo para Vin Diesel, pero él mismo me dijo que no lo encasillara.

Lawrence Fishburne habla con Denzel de la operación, mientras meten a la banda de afroamericanos en furgones policiales, cuando ven un coche del FBI. Bruce Willis se acerca y le comenta que toma las riendas del caso, que le gustaría que su equipo ayudara en todo los posible, Lawrence se cabrea, Bruce Willis le dice que para chulo, chulo, su pirulo y los federales ganan.

Mientras tanto se vuelven a reunir la “gente fósil guay”.

Connery: decidme que tenéis algo, por Dios.

Nickolson: estuve hablando con unos amarillos y no saben nada.

Suarseneguer: yo invadir.

Freeman: no tengo ninguna noticia, pero tengo ya alguien pendiente de la situación, un rastreador (Samuel L. Jackson). La última información que tuve es que seguía a un tal “Hispano” (Antonio Banderas, ¿quién si no?).

Connery: por ahora, estaremos a la espera de respuesta de ese rastreador. Mientras tanto, estad con los ojos bien abiertos.

Continuará...

viernes, 23 de enero de 2009

Historias de amor. San Paco y los belenes.

Pues bueno señores. Se puede decir que ya hace tiempo que terminaron las fiestas. ¿Qué he sacado en claro de esta época? Pues que en estas fechas no hay nada claro.

En una primera instancia quiero reflexionar sobre un universo desconocido y fascinante que sólo aflora en Navidad. Los belenes.

Un belén es un conjunto de figuritas propio de la enajenación mental, comencemos por el protagonista, el niño Jesús. A ver… no sé mucho sobre el crecimiento del ser humano, pero, en teoría, acaba de nacer y ¿por qué es tan grande? Si es que el niño puede mamar alargando un poco el cuello, le llega a la Virgen María por encima del ombligo. El niño se pone, agarra al buey y te lo ordeña allí mismo. Que por cierto, he descubierto que Jesús nació por cesárea, no sólo por el tamaño de su cuerpo… sino… ¿a ver quién es el valiente que saca la aureola por ahí abajo sin que antes no le mate María?

Además, mucho cariño no deberían tenerle al infante; todo el mundo con túnicas rozando las orejas y el niño desnudo o con un Klínex a la altura de la entrepierna. Por favor, ya. Pido una movilización mundial a favor de que los fabricantes de figuritas de niños jesús lo vistan al menos con un pijama de franela.

Después hay otro habitante de los belenes bastante enigmático. Un hombrecillo con el pelo largo avisa a la gente volando, los pastorcillos siguen la estela de su vuelo y aparece encima del establo, con una aureola dorada, subido en una nube poniendo poses extrañas con las manos. ¡Coño! No era un ángel, era Son Goku.

Durante todas mis navidades estudiando este mundo navideño misterioso, hice un descubrimiento, la calidad del belén es directamente proporcional a la calidad de los materiales que forman el río. En todos los belenes tiene que haber un río, de no ser así, eso no es un belén, son las típicas figuritas que te regalan con el periódico en esas fechas y quieres poner algo que indique Navidad pero que no cueste quitarlo al final, pasas la mano por encima del televisor y a la basura, el año que viene ya me compraré el periódico otra vez. Ese minibelén siempre se pone encima del televisor o en el mueblecito que hay en la entrada de la casa, que un día te equivocas a la hora de coger las llaves y te quedas en la calle abriendo la puerta con el San José. Pues volvamos a temas más fluviales, hay tres tipos de río:

  1. Río pro: es el río de los ríos, con bomba de agua y noria girando día y noche. Es el río profesional. Se puede llegar al extremo de introducir fauna acuática dentro del estanque, entre ellos los míticos peces naranjas que conseguiste en la última feria de tu ciudad. Que ocupa medio río, no puede moverse y allí lo encontramos, mirando agonizante al patito que siempre está en la orilla de todo río de belén. Señores, con ese tamaño proporcional, no es un pescadito, es Liberar a Willy IX: Misión Belén.
  2. Río semi-pro: es el riachuelo que, en un alarde de ingenio del manitas de la casa, está formado por una fiambrera Tuper-weare recubierta con piedrecitas y arena. Es poco efectivo, al poco tiempo la verdina y los mosquitos muertos quitan glamour al momento.
  3. Río estándar: es el más conocido, y usado, por todos. El río de papel de aluminio. Un día, tu madre, desesperada de escucharte “quiero un belén, quiero un belén, quiero un belén…”, te compra unos bloques de plastilina y te induce a hacer las figuritas del belén que faltan (digo que faltan, porque hay piezas que ya te las regaló el periódico). Pone unas ramas en una mesa, echa arena, te pone las figuritas o lo que quiera ser y como colofón… extiende un trozo de papel de envolver los bocadillos a lo largo de la mesa. Y tú dices, ¡coño! Eso si que es reciclar y si tiene trocitos de salami, mucho mejor, más alimento para el patito de la orilla.

Un personaje que también reclama mi atención es el pescador, es el hombre más despistado del planeta. Dicen que los pescadores tienen que ser pacientes, pero en este caso, no, el paciente es el pez. Toda la Navidad con el pez enganchado y no se da cuenta. Últimamente existe la versión del pescador con motor, que sube y baja la caña, que parece que pretende ahogar al pobre pescado. Ya que hablamos, de motores, la última vez que observé un belén me percaté de la figurita a motor más indecisa de todos los tiempos: el panadero. El panadero se dedica a meter y sacar el pan del horno durante todo el día. Me imagino al pobre hombre “¿Estará ya?... No, todavía no…¿Estará ya?... No, todavía no…¿Estará ya?...”.

Pero de pequeño, todo tiene sentido. No resulta extraño nada. Mis padres no me dejaban acercarme al belén, porque en seguida lo personalizaba o le añadía pequeños e imperceptibles matices que amenizaba la vista. ¿Quién se podía dar cuenta de que en vez de un buey, había un Velocirraptor cogiendo por el cuello a la mula? ¿Quién iba a percatarse de que San José era un playmobil con un mondadientes o de que un Action Man submarinista, sentado en la orilla del río, había suplantado al patito?

Hay muchas cosas que no tienen sentido, pero como todo en la vida, si no tiene sentido… se hace una fiesta.

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